sábado, 15 de octubre de 2011

Todo el mundo habla


Todos hablan a la vez, sin escucharse entre sí ni a sí mismos (o mismas como escribiría Blánquita). En fin, todo es ruído incomprendido y desagradable, desorden que molesta a mi entropía. ¡Dejadme en paz! Iros a otro sitio a perturbar la paz de otra pero a mí dejadme descansar por un día.


No es tanto lo que pido.

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