No tenía caldo de pescado y, al empezar a cocinar el bacalao, me he dado cuenta de que no había suficiente líquido en la sartén... he abierto la nevera y ahí estaba: una preciosa e impoluta botella de sidra comprada por mi ex-compañero de piso, sin sentido en su momento, pero que ahora cobraba en mi mente y en mi realidad subjetiva una nueva utilidad. ¿Me arriesgo a perder el bacalao con sidra o me arriesgo a perder el bacalao por falta de "líquidos"?
Me arriesgo...
Valió la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario