La pereza me adormenta y hace que me acurruque en el sofá, cubierta por la manta que compramos en aquel viaje del verano de 2006. En ese momento pienso en comer chocolate o en tomarme un te pero la cocina está demasiado fría para acercarme a ella.
Suena Della Reese con Whatever Lola Wants y eso me recuerda lo mucho que me gustan los hombres. Sigo bajo la manta y me dejo llevar a un mundo paralelo en el que todo resulta más sencillo: el chocolate está sobre la mesa, tan cerca que casi puedo olerlo... hay una taza con te, todavía reposando, justo al lado del chocolate... no tengo los pies fríos y ese ser deseado está justo ahí, mirándome, apoyando su cuerpo en el otro lado del sofá, atravesándome con esa mirada que me vuelve loca, sin decir nada, sólo me observa y me acaricia pausadamente... sigo acurrucada bajo la manta, cierro los ojos y me dejo mimar; ronroneo, abro los ojos... sonríe, sonrío... se desliza bajo la manta... cierro los ojos, vuelvo a soñar ... ... ...
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