Si nos dejamos envolver por la magia de estos días, podemos incluso cambiar el rumbo de nuestras vidas. Siempre había pensado que la Navidad no tiene nada de especial hasta este año en el que, por fin, soy consciente y me alegra saber que todo depende de mí.
¿Miedo?
Leí una vez que hay que convertir las oportunidades en aventuras y eso es precisamente lo que voy a hacer con mi calendario vacío: lo abriré por la primera página y empezaré a llenarlo de aventuras. Poco a poco, día a día, saboreando los éxitos, pisoteando las derrotas, aprendiendo de esa libertad de ser yo misma, del riesgo...
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