sábado, 28 de abril de 2012

Pese a su primavera ...

Praga es gris, de un gris translúcido que funde las sombras con los colores, unifica los matices y te envuelve en esa atmósfera mágica y taciturna a través de la que descubres su belleza. Te dejas arrastrar por las masas de turistas de unas calles a otras hasta que das con una pequeña cafetería alejada del ruído en la que no hablan inglés y el único idioma posible es la simpatía de los gestos.

Praga es gris, de un gris que confunde aquello que esperabas del viaje con la realidad que encontraste; un gris que te acompaña cerveza tras cerveza mientras te alejas del Moldava en busca de otras vistas, esperando encontrar aquello que habías ido a buscar.

Praga será siempre gris, pese a su colorido, pese a las grandes obras arquitectónicas y a la magia que envuelve el casco antiguo, pese a ese imponente castillo, pese al sol, pese a su primavera ...





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